Esta información va destinada a aquellas pacientes que se han sometido a una intervención en la cual se les ha colocado una Prótesis Total de Rodilla.Tras haber sido intervenido/a de PTR es preciso realizar ejercicio regular para restaurar la movilidad y la fuerza de la rodilla y reincorporarse a su actividad previa. Aunque pueden resultarles incómodos al principio, estos ejercicios le ayudarán en su recuperación y, cosa muy importante, le harán disminuir el dolor postoperatorio y el riesgo de una trombosis.Su cirujano y su fisioterapeuta le darán las instrucciones de ejercicios específicos para usted pero, en general, es recomendable realizar ejercicios durante aproximadamente 20-30 minutos dos o tres veces al día durante las primeras semanas.

Ejercicios para el postoperatorio inmediato y el primer mes

Estos ejercicios se inician tan pronto como el médico se lo indique, normalmente el día siguiente a la cirugía.

1- Isométrico de cuádriceps: contraiga el músculo del muslo, mantenga de 5 a 10 segundos y posteriormente relaje. Realice este ejercicio durante unos 5 minutos varias veces a lo largo del día. Puede ayudarse poniendo una toalla pequeña en el hueco de la rodilla para tener la sensación de aplastarla (Fig 1 y 2).
2- Potenciación vasto interno: Con la pierna totalmente estirada sobre la cama, contraiga el músculo del muslo para levantar la pierna unos 20 cm de la cama (una cuarta). Mantener durante 5 a 10 segundos y luego descender lentamente. Repita el ejercicio 5 minutos de cada hora.
3- Bombeo con el tobillo: Este ejercicio puede realizarse tanto sentado como tumbado, y consiste en mover el pie arriba y abajo rítmicamente, contrayendo los músculos de la pierna (como si se estuviese pisando el acelerador de un coche o utilizando una máquina de coser de las antiguas). Realice este ejercicio periódicamente a lo largo del día para ayudar a que baje el edema (inflamación) de la pierna.
4- Ejercicios de extensión de rodilla: en la prótesis total de rodilla es muy importante evitar el déficit de extensión, que a menudo ya existe previamente y se acompaña de retracción de los músculos de la cara posterior del muslo. Ponga una pequeña toalla enrollada debajo del tobillo de forma que el talón no toque la cama. Apriete el muslo intentando extender la rodilla y tocar la cama con la parte posterior de la rodilla. Mantenga durante 5 a 10 segundos y relaje. Repítalo varias veces al día.
5- Flexión de la rodilla en la cama: Comenzando con la pierna estirada (Fig 1) deslice el talón sobre la cama hacia los glúteos todo lo que pueda (Fig 2), mantenga unos 10 segundos y vuelva a estirar la pierna lentamente (Fig 3).
También puede ayudarse con una toalla apoyada en la cara anterior del tobillo (Fig 4).
6- Flexión de rodilla con apoyo: sentado en el borde de la cama o en una silla alta, con el muslo bien apoyado, se coloca un pie detrás del talón de la rodilla operada como apoyo (Fig 1). Se dobla la rodilla lentamente tanto como se pueda (Fig 2), pudiendo cambiar el pie sano a la garganta del pie para ayudarse a doblar la rodilla (Fig 3 y 4). Se mantiene durante 5-10 segundos y después se estira ayudándose con el pie bueno detrás del talón.
7- Flexión de rodilla sin apoyo: Sentado sobre una silla alta con las piernas colgando, y con un rodillo o toalla bajo la rodilla, de manera que ésta quede más alta que la cadera (A), se eleva la pierna lentamente todo lo que se pueda (B). Se mantienen 10 segundos y posteriormente se vuelve a la posición de reposo (A) para comenzar a doblarla todo lo que sea posible (C). Mantener 10 segundos y descansar el doble.
8- Flexión de rodilla asistida: sentado en el borde de la cama o en una silla alta, con el muslo bien apoyado, se dobla la rodilla tanto como se pueda, hasta que el pie descanse en el suelo. Con el pie ligeramente apoyado en el suelo, se desliza el cuerpo hacia delante en la silla para aumentar la flexión de la rodilla. Se mantiene por 5-10 segundos y después se extiende la rodilla.

A partir del segundo mes de la operación.

Para recuperar progresivamente la vida normal, es bueno mantener una cierta actividad física. Andar es la mejor, aunque también son recomendables la natación y la bicicleta. Actividades de mayor riesgo, como el esquí, el tenis o el fútbol, solo deberían practicarlos aquellos pacientes, ya iniciados en estos deportes, a partir de los tres o cuatro meses de la intervención. Pero para poder hacer todo esto, necesita fortalecer la musculatura. Los ejercicios de rehabilitación muscular tienen como objetivo reforzar los músculos que estabilizan y mueven la articulación intervenida.
9- Ejercicios de cuádriceps (extensor de la rodilla): Sentado en una silla alta y con la espalda bien recta, estire la pierna hasta la horizontal con el pie hacia usted. Mantenga la posición 10 segundos y descanse la pierna en el suelo o sobre un reposapies. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
10) Ejercicios de isquiotibales (flexores de rodilla): sentado/a en la misma silla recta y alta, y descansando la pierna sobre un reposapies, empuje con energía el reposapies con el talón. Mantenga la posición durante 10 segundos y descanse. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
11) Ejercicios de estiramiento de cuádriceps (músculo situado en la cara anterior del muslo) para mejorar la flexión: túmbese en la cama boca abajo y cruce las piernas, dejando la pierna operada sobre la sana. Doble las rodillas acercando al máximo los talones a los glúteos. Con la pierna buena ayudamos a doblar la operada. Mantenga la posición durante 10 segundos y descanse. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
12- Ejercicios de estiramiento de isquiotibiales (músculos situados en la cara posterior del muslo) para mejorar la extensión: Sentado/a en una silla, ponga el talón de la pierna operada sobre otra silla o un taburete con la rodilla estirada. En esta postura, empuje la rodilla hacia abajo tirando del pie hacia usted. Mantenga la posición durante 10 segundos y descanse. Repita el ejercicio 10 veces mañana y tarde.
13- Ejercicios resistidos: consisten en hacer los mismos ejercicios de cuádriceps que se han mencionado, es decir, levantar la pierna estirada y ejercicios de doblar y estirar la rodilla estando sentado, pero con un peso colgando del tobillo. Este peso puede ser un saco de arena, piedras, garbanzos…, y no será superior a 0,5-1 kg al principio. En las tiendas de deporte existen también pesos para el tobillo que se fijan con velcro.