Al correr la zona de nuestro cuerpo que más impacto recibe a la hora de correr es la rodilla, encargándose de distribuir la carga por todo el cuerpo.
Este post para los amantes y aficionados del running, ya que una rodilla sana hace mejor el camino.
Los dolores de rodilla en los runners son bastante frecuentes, es una de las zonas del cuerpo que sufren mayor impacto en esta práctica deportiva y por ende hay que cuidarlas, por este motivo es importante que conozcas ciertos tips para mejorar la forma de correr y así no dañar tus rodillas ni el resto de tu cuerpo.
Conoce a tu cuerpo, entrena de una manera responsable y progresiva
Si aún eres un corredor novato deberás aún más poner en práctica estas medidas de precaución y tratar de no abusar del rendimiento de tu cuerpo ya que no está acostumbrado a esta práctica deportiva.
Es esencial empezar de forma progresiva respetando los límites de tu cuerpo siempre para evitar esfuerzos musculares innecesarios, y poco a poco ir avanzando las distancias recorridas, la velocidad y mejorando tu tiempo de una manera saludable y segura.
Constancia
Hay que acostumbrar a nuestro cuerpo, creándonos así rutinas y manteniendo constancia en la práctica de Running.
Se recomienda empezar con rutinas de 3 a 4 entrenamientos a la semana de corta duración y suaves, aumentando de manera progresiva.
De esta forma tu cuerpo se irá acostumbrando poco a poco a la nueva exigencia física, siempre respetando los límites de tu cuerpo pero sin dejar de exigirte.
Recuerda que el secreto de un deportista es la constancia y el respeto por su salud.
¡Hagamos muchos pasos!
Hay que aumentar la cadencia, que quiere decir esto, hacer más pasos por minutos cuando corras. Reducir la distancia de la zancada. De esta forma, conseguirás minimizar el impacto en tus rodillas.
Algunos estudios indican que zancadas largas y una baja cadencia (menos pasos por minuto) aumentan el riesgo de lesionar tus rodillas y el impacto en la misma.
Flexiona las rodillas
Saber flexionar las rodillas en las zancadas es esencial para proteger tus rodillas. De esta menra, consigues reducir el impacto en cada pisada y disminuir el desgaste óseo y articular.
Evita en todo momento tener las rodillas rectas, ya que esto reduce la amortiguación de cada golpe contra el suelo.
Fortalece tu Core
Y, por último, no debemos olvidar que, cuando corremos, el centro de gravedad lo tenemos en el “core”, es decir, en la zona abdominal. Por ello, es altamente recomendable que complementen tus entrenamientos de running con ejercicios de pesas y tonificar simétricamente todo tu cuerpo.
Desde este blog como siempre intentamos dotar al paciente de información fiable y sobre todo recordar que para un diagnóstico y tratamiento correcto, debe visitar a su traumatólogo de referencia.
