¿Que es?
La epicondilitis o también llamada codo de tenista en una inflamación de los tendones que unen los músculos del antebrazo con la región lateral del codo. Estos músculos extienden la muñeca y los dedos, siendo el tendón más frecuentemente involucrado en el codo de tenista el llamado extensor radial corto del carpo (ECRB).
Se suelen dañar debido al uso excesivo produciendo dolor y sensibilidad en la parte exterior del codo.
Causa
Un uso excesivo (repetitivo o de esfuerzo), por actividad deportiva o laboral. Los deportistas no son las únicas personas que pueden padecer codo de tenista. Muchas personas con codo de tenista participan en actividades laborales o recreativas que requieren el uso repetitivo y vigoroso del músculo del antebrazo.
El tendón más frecuentemente involucrado es el extensor radial corto del carpo ayuda a estabilizar la muñeca cuando el codo está recto. Esto ocurre, por ejemplo, durante un golpe de fondo de campo en tenis. Cuando el ECRB se debilita debido al uso excesivo, se forman desgarros microscópicos en el tendón donde se une al epicóndilo lateral. Esto produce inflamación y dolor.
Clínica
Los síntomas se suelen desarrollar gradualmente. En la mayoría de los casos, el dolor comienza siendo leve y lentamente empeora a lo largo de semanas y meses.
Los síntomas comunes son:
- Dolor o ardor en la parte exterior del codo
- Fuerza de agarre débil
- Sensación de hormigueos (parestesias) en región dorsal antebrazo
- Calambres
Los síntomas suelen empeoran con la actividad del antebrazo, tal como sostener una raqueta, girar una llave o sacudir las manos. Su brazo dominante a menudo es el mas frecuentemente afectado.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico y hay maniobras exploratorias que ayudan a confirmar diagnóstico.
Es muy importante valorar que actividad deportiva o laboral se realiza, y que actividades que provocan los síntomas y en qué parte del brazo se presentan los síntomas.
Posteriormente y en casos concretos (no en todos los casos, ya que el diagnóstico es clínico) se pueden realizar alguna pruebas complementarias:
- Radiografía.
- Ecografía.
- Resonancia magnética.
Tratamiento no quirúrgico
Aproximadamente 90% a 95% de los pacientes tienen éxito con un tratamiento no quirúrgico.
Lo inicial es localizar lo que produce los síntomas y reajustar técnica deportiva o alternativas a ese movimiento que lo produce. En casos muy intensos puede ser necesario darle al brazo el descanso adecuado.
Además se pueden usar medidas básicas como son: antiinflamatorios, hielo local y estiramientos. Se puede usar una cinta de descarga o brazalete con las actividades laborales o deportivas que ocasionen el cuadro.
Además de otras técnicas como son:
- Terapia física: Estiramientos + ejercicios específicos son útiles para fortalecer los músculos del antebrazo. Así con ayuda de un buen fisioterapeuta se pueden realizar técnicas con ultrasonidos, masajes, hielo o usar técnicas que estimulan los músculos para mejorar la cicatrización del músculo.
- Inyecciones de esteroides: Se puede decidir inyectar un esteroide en el músculo dañado para aliviar los síntomas en momentos con una clínica muy limitante. No algo rutinaria, y limitando su uso en la medida de lo posible.
- Ondas de choque: Estas ondas crean un “pequeño trauma” que promueve los procesos de cicatrización naturales del cuerpo, siendo efectiva para este tipo de patología.
- Técnicas más novedosas como la infiltración de PRP (Plasma Rico en Plaquetas), terapia aún en investigación pero con resultado prometedores y que en casos severos nos puede ayudar a evitar la cirugía (su función es acelerar la recuperación de lesiones de tendones. El PRP es una preparación desarrollada a partir de la propia sangre del paciente. Contiene una alta concentración de proteínas llamadas factores de crecimiento que son muy importantes en la recuperación de lesiones.)
Tratamiento quirúrgico
Si sus síntomas no mejoran después un largo periodo de tiempo y tras valorar los numerosos métodos conservadores se podría valorar un tratamiento quirúrgico.
Desde este blog como siempre intentamos dotar al paciente de información fiable y sobre todo recordar que para un diagnóstico y tratamiento correcto, debe visitar a su traumatólogo de referencia.